#8M ¿POR QUÉ PARAMOS?
Dentro de las protestas y actividades para conmemorar el Día
Internacional de la Mujer trabajadora, distintos grupos feministas están convocando
a un paro internacional de mujeres.
Si bien, para muchas no es posible sumarse al paro, porque
dejar de trabajar ese día supone poner en riesgo su estabilidad laboral y
económica, hay otras maneras de sumarse y posicionarse este día.
El paro implica además de la suspensión de las labores, la
protesta y evidenciación de los problemas a los que las mujeres -pueden ser los de cada una en su contexto-
nos enfrentamos diariamente. Podemos sumarnos al paro difundiendo información y
sobre todo, cuestionándonos la exclusividad de algunas tareas para las mujeres,
así como nuestra manera de desenvolvernos en nuestras áreas de trabajo y en el
trato a otras mujeres.
Los paros en general, pueden ser tachados de ridículos e
innecesarios por otras personas que no viven la situación que los motiva,
porque nos cuesta trabajo empatizar con los otros/as y creemos ver desde afuera
soluciones más factibles.
Hace unos meses, con el aumento de la gasolina en México,
muchas personas estaban en favor de protestar evitando la compra de combustible
aunque sea un solo día, porque les parecía importante evidenciar que el gobierno y
quienes se favorecen con las reformas neoliberales no son nada si las personas
nos organizamos y tomamos conciencia de lo que ocurre. Obviamente que un paro
se lleve a cabo por completo resulta sumamente complicado, pero se lucha por mostrar
el problema y obtener los mejores resultados posibles, demostrar que no estamos
dispuestos/as a soportar las injusticias ¿No parecía una buena idea?
¿Por qué de pronto, el que algunas mujeres decidan tomar un
día, el Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras, para protestar en contra
de las injusticias, el trabajo sin remuneración, la brecha salarial, los acosos
sexuales y las 7 mujeres asesinadas al día parece «ridículo»
y exclusivo de «feminazis»?
Tal vez
es buen momento para pensar en nuestra internalización de los valores
patriarcales, que nos acostumbraron a pensar que estar calladas, hacer un buen
trabajo y llenarnos con un espíritu egoísta y emprendedor nos van a sacar
adelante, y que la injusticia y la violencia no van a tocar nunca nuestra
hermosa burbuja privilegiada.
Tal vez
es buen momento, si tú no eres una mujer, de valorar el trabajo de tus
compañeras y notar que, en efecto, ser hombre te exime de esta otra violencia
exclusiva para las que nacen con vulva.
Si las
dos opciones anteriores son mucho pedir, tal vez sea un buen tiempo para
analizar las cosas y tratar de empatizar con algunas mujeres que no
gozan las mismas oportunidades que tú y por lo menos respetar los
posicionamientos que eligen.
Imágen 1: Amalia Torres /Imagen 2: vía Karen Dianne
Imágen 1: Amalia Torres /Imagen 2: vía Karen Dianne